viernes, 22 de mayo de 2015

EL NIÑO QUE ABANDONÓ: RELATO:



Era un cálido invierno, las hojas se caían mecidas por una ráfaga de viento sin cesar, a lo lejos se escucha el llanto de un bebé desconsolado, la criatura estaba pálida y desnutrida y muy desaseado. De pronto se acerca una mujer de buen corazón coge al niño y se lo lleva al pecho acunándolo para así, transmaitirle al chiquitin todo su calor y su ternura .intentando consolarle.
Acto seguido, se lo llevo a su casa, tapándolo con su propio mantón, y se lo llevó a su casa. 
Pasada unas horas, el bebé se despertó y lo hizo muy pálido y con los labios moraditos. La madre, sin pensarlo dos veces, lo tapó con una mantita y se lo llevó  corriendo al hospital porque el niño se moría. Ya una vez en la institución hospitalaria y tras muchas pruebas, diagnosticaron que el pequeño tenía neumonía e hipotermia, y fue en ese preciso momento cuando la madre se dio cuenta que ese niño era su propio hijo biológico, el hijo al que ella abandonó en aquella casa abandonada y ahora, tras haberlo recuperado lo quería tener y no perderlo jamás. Lo acogió acunándolo hacia ella. Y desde ese preciso momento, la mujer tenía que hacer méritos para ganarse su cariño y su amor. Preparó todo lo concerniente a la custodia y le puso un nombre para poder dirigirse a él con su nombre de pila. El chiquitín se llamaba Israel, ya cuando prepararon todos los papeles de alta del hospital. La madre se lo llevó con ella,  para hacerse cargo de él  para cuidarlo, educarlo, quererlo, etc…

Fueron días de desvelos, noches sin poder dormir, en busca de éste hijo perdido. Ya todo es alivio, bienestar y felicidad en el hogar de Adriana que así, se llamaba su madre biológica.

Sofi Piris.
Derechos reservados.
Málaga-España.

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